Veracruz, con su rica gastronomía, ofrece una amplia variedad de platillos para celebrar el Día de Muertos. La tradición de colocar ofrendas repletas de comida es una muestra de cariño y respeto hacia nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.
Uno de los elementos más emblemáticos de la cocina veracruzana en esta fecha es el zacahuil. Este tamal gigante, envuelto en hojas de plátano, está relleno de carne de cerdo, pollo o guajolote, adobado con chile ancho y especias. Su preparación es laboriosa y requiere de varias horas, pero el resultado es un manjar que deleita a todos los paladares.
Además del zacahuil, otros platillos típicos que no pueden faltar en las ofrendas veracruzanas son los tamales, los moles, el pan de muerto y el atole. Los tamales se preparan con diversas masas y rellenos, como frijol, elote o picadillo. Los moles, salsas espesas y condimentadas, se utilizan para bañar carnes y acompañar otros platillos. El pan de muerto, adornado con figuras de hueso, es un dulce indispensable en estas fechas. Y el atole, una bebida caliente hecha a base de maíz, proporciona energía y reconforta el cuerpo.
Por supuesto, la fruta también tiene un lugar especial en las ofrendas. Las mangas, las papayas y las piñas son algunas de las frutas tropicales que se utilizan para decorar los altares. Además, las calabazas talladas y las veladoras iluminan el camino de los difuntos hacia sus hogares.
