Inundación en Poza Rica provoca problemas de salud
La inundación en Poza Rica dejó calles anegadas, lodo y brotes dermatológicos por el contacto con agua contaminada, alertan autoridades sanitarias.
Una semana después de la inundación que devastó Poza Rica, Veracruz, varias colonias como Infonavit Gaviotas, Morelos, Independencia y Lázaro Cárdenas continúan cubiertas de lodo, basura y escombros.
Aunque el proceso de limpieza comenzó con apoyo del Ejército y la Comisión Nacional del Agua, el nivel del agua desciende lentamente, dejando a miles de habitantes atrapados entre el fango y la desesperanza.
Infonavit Gaviotas, una de las zonas más afectadas, alberga casi 4 mil habitantes y más de mil 300 viviendas, según el censo de 2020.
Construida cerca del río Cazones, la colonia volvió a ser víctima del desbordamiento ocurrido la madrugada del 9 de octubre.
“El aviso llegó cuando el río ya se había salido del cauce”, aseguró el vecino Héctor Juárez Escudero, al rechazar las declaraciones oficiales sobre una supuesta alerta temprana de evacuación.
Problemas de salud tras inundaciones en Veracruz
La emergencia sanitaria empieza a ser evidente. Decenas de pozarricenses presentan lesiones cutáneas por la exposición prolongada al agua contaminada con lodo y desechos.
“La gente ha pasado días enteros con los pies sumergidos; eso ha causado hongos, ardor y llagas”, explicó el doctor Marcos Aguilar, quien distribuyó pomadas antifúngicas y recomendó el uso de bolsas plásticas dobles como protección improvisada.
Los médicos advierten también sobre un posible aumento de enfermedades estomacales por la falta de agua potable.
Muchos habitantes recurren al agua embotellada y utensilios desechables, pero ya se reportan casos de fiebre y vómito, especialmente en niños.
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Autoridades instalan carpas médicas en Poza Rica y Álamo
Ante el riesgo de brotes infecciosos, el jueves arribaron 54 carpas de atención médica a Poza Rica y Álamo.
Las unidades móviles, integradas por médicos, enfermeras y promotores de salud, ofrecen medicamentos, vacunas y atención básica a los damnificados.
Con el aumento de la temperatura y la evaporación del agua, las autoridades recomendaron el uso de cubrebocas para evitar inhalar el polvo y los malos olores que persisten.
A pesar de la tragedia, los habitantes intentan mantener el ánimo. “Mañana será otro día. Todos los días que vienen son mejores, porque seguimos vivos”, dijo don José Bello Aguilera, mientras se retiraba entre el lodo al caer la noche.



