Opinión

Puntos políticos

AGUAS INTERNACIONALES - José Miguel Martínez

El odio en Estados Unidos ha crecido de manera alarmante, llegando a puntos insostenibles y derivando en violencias de todo tipo, incluyendo la política. Si bien ejemplos hay muchos, el más reciente es el asesinato de Charly Kirk, activista político de derecha, quien recibió un disparo letal en el cuello mientras participaba en una dinámica de “preguntas y respuestas” en la Universidad de Ohio.

Rápidamente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a la izquierda radical de haber perpetrado este lamentable acto. Sin dudarlo, su séquito de seguidores, incluyendo al vicepresidente J.D. Vance, Elon Musk, senadores y representantes hicieron eco de las acusaciones.

Por otro lado, los expresidentes Obama y Biden, así como la exlíder del Senado, Nancy Pelosi, y los presentadores de los “late night shows” como Jimmy Fallon y Jimmy Kimmel, salieron a dar el pésame y a pedir que la violencia y el odio no se apoderaron de Estados Unidos.

Sin embargo, poco a poco se empezó a vislumbrar que la Casa Blanca sacaría provecho de este lamentable hecho, usándolo como excusa para atacar a todo el que estuviera en su contra.

Bajaron del aire a Jimmy Kimmel por decir que Trump sólo ha hecho “puntos políticos a su favor con la muerte de Charly Kirk”, coartando su libertad de expresión y presionando a ABC y Disney, cadena que transmite este programa, para que Kimmel no volviera a salir al aire.

Claro que la violencia política que vive Estados Unidos no empezó con la muerte de Charly Kirk, sino que es un síntoma de ella, de la violencia que ha sido fomentada desde la presidencia de Estados Unidos. Recordemos que Trump fue quien desconoció las elecciones cuando perdió en contra de Biden y mandó a sus seguidores a asaltar el Capitolio en el 2021.

Trump es quien censura y denigra a todo aquel que piensa diferente a él, insultando periodistas, gobernadores, senadores, representantes e incluso otros jefes de Estado, como pasó con el presidente Zelenski en su visita a Washington. Además de juzgar fuertemente a quienes difieran de sus opiniones o pensamientos, Trump emplea toda la fuerza del Estado para poder amedrentarles.

Una de las cosas más preocupantes y peligrosas de estos discursos y acciones recae en que, si bien ahora es Trump quien nos parece shockeante y peligroso, por aquello que dice y hace, cuando Trump se retire y llegue otro más radical que él, quizás no nos parezca tan malo, y así sucesivamente.

Lo riesgoso de los discursos de “la otredad” es que hacen que veamos todo lo malo en el de junto, retratando a las personas diversas como “los bárbaros”, “los incivilizados” que no merecen sentarse en la mesa a discutir sus puntos de vista.

Lo que me preocupa no es la muerte de Kirk, sino cómo se está usando su muerte como plataforma política para poder concentrar más poder, polarizar a la sociedad y acabar con las voces de la oposición. Yo soy un fiel creyente de que podemos, o no, estar de acuerdo con el de enfrente, pero ello no significa que su vida e integridad tengan que correr peligro solo por decir lo que piensa. No podemos perder la libertad de discutir ideas, no podemos perder la libertad del debate, no podemos dejarnos dividir. Aunque actualmente Estados Unidos es el ejemplo de odio, violencia y polarización, ni México ni muchos otros países se alejan de esa realidad.

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