Flores, dragones y algo más…

Flores, dragones y algo más…
Luz, poder, magia y florecer
Pasamos el primer eclipse, continuamos en el signo de Virgo e iniciamos un nuevo ciclo de seis meses en el escenario virginiano de nuestra carta natal, además de inaugurar la última temporada de eclipses de 2025.
La energía disponible está orientada a hacernos comprender que en ese error o equivocación que hemos estado evitando y/o que tememos cometer está el aprendizaje, la lección y la sabiduría que anhelamos alcanzar y con la que deseamos encontrarnos.
Reconocer nuestras propias fallas y las de los demás, proyectadas en lo que consideramos error, es el inicio del recorrido que nos llevará al crecimiento y la mejora de nuestra situación actual.
En el inicio del recorrido y durante el novilunio, las luminarias conversarán tenso con Urano en Géminis, mientras Ceres, conversa de buenas con Mercurio en Leo (ambos regentes Virgo) y desafiante con Júpiter en Cáncer.
Esta configuración nos invita a poner el foco en una cuestión muy bien sintetizada por el galáctico Rodrigo Romo: “Errar no es humano, es cósmico”.
La falla, la equivocación, el error y la distorsión son parte estructural del universo. Su función existencial radica en generar aprendizajes y experiencias a través del reconocimiento y la rectificación de lo que actuamos como falla y que implica, en cuerpo y espíritu, un impedimento para avanzar en el mejoramiento de lo que existe y de lo que somos.
Será clave entender que aspirar a lo perfectible, no debe exagerarse hacia una actitud perfeccionista y obsesiva, que antes que mejoras, podría generarnos sentimientos inhibidores de inadecuación.
El error densificado en la realidad es una falla o discrepancia psíquica que surge de un conflicto pasado, entre las necesidades de los primeros años de vida y los cuidados recibidos en esa época.
Eso configuró en nuestro psiquismo un mecanismo de defensa y reacción inconsciente, que fue lo que pudimos elaborar en la infancia para superar las situaciones de angustia que nos generó el conflicto psíquico, pero que resulta inapropiado para la elaboración y aplicación de las respuestas eficaces y eficientes que exige una saludable vida adulta.
La discrepancia psíquica crea un estado de deficiencia o falta cuyas consecuencias son solo parcialmente reversibles, y esto solo se logra cuando decidimos cada día reconocer y comprender desde la autoconciencia cómo nos implicamos en lo que consideramos y en lo que no consideramos un error, a la vez que nos comprometemos con nosotros mismos a no volver a fallar en lo mismo.
Un error del que logramos aprender o, si se quiere, al que no repetimos en continuidad, no implica un fracaso. El miedo a equivocarse o a fracasar no es más que la resistencia a cambiar y aprender de los errores que cometemos en el recorrido hacia el crecimiento, disfrazada de imposibilidad y cobardía.
Es relevante destacar que Marte, el planeta que pulsa sobre la capacidad de decidir independientemente y que habilita la función de la autodeterminación, está en Libra y nos propone conocernos y reconocernos a través de los vínculos y las relaciones que generamos con los demás, motivados por el deseo de conexión y de ocupar un lugar en la vida del otro.
Ese lugar, conviene definirlo y decidirlo desde la autoconciencia y la madurez emocional.
Durante el tránsito, Marte nos motivará a preguntarnos si realmente habitamos el lugar que queremos habitar con respecto a los demás o, si en su defecto, nos sometemos y adaptamos a la demanda del otro porque no logramos elaborar y hacer valer un deseo propio con respecto a la humana, demasiado humana, necesidad de conexión.
La elaboración propia del deseo es un proceso que implica un recorrido interno de análisis, comprensión y decisión, para el cual la paciencia y la capacidad de ponerse límites es fundamental. Sin esa elaboración, nuestros vínculos y relaciones se vuelven dependientes, y esa forma infantil de conectar no nos aporta crecimiento ni disfrute en la vida.
Si el estancamiento, la falta de crecimiento y de expansión es evidente en nuestra realidad vincular presente, Marte, que ingresa conversando de muy buenas a Urano en Géminis y a Plutón en Acuario, nos propone como solución, cuestionar y cambiar las dinámicas de poder que ponemos en juego a la hora de relacionarnos y de colaborar/conectar o no con los demás.
Que el deseo de crecer y mejorar juntos y en colaboración nos acompañe.
Abrazo al corazón.