Una nube negra se cierne sobre Ferrari antes de Monza tras el desastre en Zandvoort
El sábado negro en Zandvoort
La semana pasada, en el Gran Premio de Países Bajos, Ferrari enfrentó uno de sus peores fines de semana del año. Tanto Lewis Hamilton como Charles Leclerc abandonaron la carrera en incidentes separados—Hamilton chocó en solitario en la curva 3 bajo condiciones de pista húmeda y Leclerc sufrió un choque tras ser tocado por Kimi Antonelli. Este doble DNF representa una estocada enorme, especialmente porque podría comprometer su posición en el Campeonato de Constructores: Mercedes los ha recortado y quedó a solo 12 puntos.
La penalización que opacó aún más el fin de semana
Aunado a las frustraciones en pista, Hamilton recibió una penalización de cinco lugares en la parrilla para el GP de Italia en Monza, debido a una infracción durante la vuelta de reconocimiento en Zandvoort: no redujo suficientemente la velocidad en una zona con bandera amarilla doble. Esa sanción llega en un momento clave, y según fuentes británicas, aumentará la presión sobre Hamilton.
Más que cruces, vislumbres de esperanza
A pesar del desastre, el director del equipo, Frédéric Vasseur, destacó que hubo señales positivas: el ritmo del equipo mejoró de forma notable entre el viernes y el sábado —una pequeña luz en medio del panorama sombrío. Vasseur señaló que, aunque decepcionados por los abandonos, siguen confiados en rendir bien en Monza: “No necesitamos motivación extra”, dijo, apelando al tradicional “efeito Monza” para revertir el golpe.
Monza: el templo que debe revertir la pesadilla
Monza llega en un momento clave: es el Gran Premio de casa de Ferrari, y siempre ha sido un circuito donde han brillado. La pintura azul especial (homenaje a la victoria de Niki Lauda en 1975) simboliza ese deseo de resurgir. Pero ahora enfrentan un contexto cargado de presión: remontar desde atrás, contener el avance de Mercedes y calmar a los tifosi que esperan una reacción contundente.
