Caso Epstein, posible talón de Aquiles de Trump
El vínculo entre Donald Trump y Jeffrey Epstein genera presión, dudas y división entre su base electoral ante la exigencia de transparencia en el caso.

Trump, presionado por el legado de Epstein
El caso Epstein amenaza con convertirse en el punto más vulnerable de la imagen pública de Donald Trump. Aunque durante años el exmandatario ha cultivado la percepción de ser un cruzado contra la corrupción de las élites globales, su antigua relación con Jeffrey Epstein —financista condenado por delitos sexuales y fallecido en 2019— sigue levantando sospechas incluso dentro de su base más leal. A pesar de sus intentos por minimizar el tema o desviar la atención con señalamientos hacia figuras como Barack Obama, la presión por publicar los archivos completos del caso ha crecido, incluso desde el interior del Partido Republicano.
Exigen archivos del caso Epstein; Trump evita definiciones
Una carta atribuida a Trump, conservada por Ghislaine Maxwell —socia de Epstein y actualmente presa—, ha reavivado la polémica. Según The Wall Street Journal, la misiva incluiría un dibujo de una mujer desnuda firmado por Trump, quien negó tajantemente la autoría. “Nunca dibujé eso. No es mi firma. Es completamente falso”, declaró. Sin embargo, el escepticismo ha crecido entre usuarios de redes como Telegram, donde seguidores pro-Trump cuestionan el incumplimiento de su promesa de transparentar el caso Epstein.
Mientras el Departamento de Justicia se niega a divulgar la lista de clientes de Epstein, el Congreso —de mayoría republicana— suspendió actividades legislativas durante el verano. No obstante, tres congresistas del partido rompieron filas y votaron con los demócratas para exigir la publicación de los archivos. Paralelamente, la Comisión de Supervisión citó a Maxwell a declarar el 11 de agosto, aunque su equipo legal condicionó su testimonio a recibir inmunidad, lo cual fue rechazado.
Viejas amistades, nuevas grietas
Trump y Epstein compartieron vida social en los años noventa. Aunque Trump lo calificó como “un tipo fantástico” en 2002, su relación terminó abruptamente en 2004 por diferencias financieras. Registros de vuelos revelan que Trump viajó en el jet privado de Epstein en varias ocasiones. Además, testimonios circunstanciales, como el de María Farmer, quien denunció a Epstein en 1996, vinculan a Trump de forma indirecta: Farmer asegura que tuvo un encuentro inquietante con él cuando tenía 16 años.
Trump ha tratado de desestimar la controversia calificando el caso como “sórdido, pero aburrido”. Incluso ha insinuado la posibilidad de indultar a Maxwell, aunque sin afirmarlo directamente. Para algunos observadores, como el exasesor presidencial Sidney Blumenthal, estas actitudes reflejan un “control de daños descontrolado”.
Encuestas revelan desgaste en la imagen de Trump
Una encuesta del Washington Post reveló que el 67% de los estadounidenses exige la publicación de todos los documentos relacionados con Epstein. Además, el 58% desaprueba la forma en que Trump ha manejado el tema, y un 44% cree que Epstein fue asesinado en prisión. Esta percepción pública, junto con las dudas crecientes dentro de su propio movimiento, podría debilitar la narrativa de Trump como redentor moral y amenazar su posición en un año clave rumbo a la elección presidencial.