Mascotas son las víctimas colaterales de las redadas en Texas
En las redadas que se hacen en Estados Unidos las víctimas colaterales son las mascotas.

En medio de las intensas redadas migratorias en Texas, un grupo silencioso pero vulnerable ha comenzado a sufrir las consecuencias: las mascotas. Perros, gatos y otros animales domésticos están quedando abandonados repentinamente cuando sus dueños son detenidos por autoridades migratorias, generando una crisis humanitaria y animal poco visibilizada.
Texas ha intensificado en los últimos meses su política de redadas migratorias, particularmente en zonas fronterizas y comunidades de alta presencia latina. Cuando los agentes detienen a personas indocumentadas en sus hogares o lugares de trabajo, las mascotas quedan atrapadas en un limbo.
En muchos casos, los animales son dejados dentro de las viviendas sin acceso a agua ni comida. En otros, son liberados a las calles, aumentando el número de animales callejeros y sobrecargando a los refugios locales.

Organizaciones de protección animal en Texas, como Austin Pets Alive! y Humane Society of El Paso, han reportado un aumento significativo en el número de animales abandonados tras redadas migratorias. Muchos llegan en condiciones críticas, desnutridos o con traumas por la separación abrupta de sus familias.
“Nos llegan mascotas que claramente eran parte de una familia. Tienen collar, están entrenados, y sufren ansiedad por separación. Es devastador”, señala María López, voluntaria en un refugio de San Antonio.
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Actualmente no existe un protocolo claro entre las autoridades migratorias y los servicios de control animal para abordar esta situación. En la mayoría de los operativos, los animales simplemente no son considerados. La falta de coordinación agrava el abandono y complica la reunificación en caso de que los dueños logren salir de centros de detención.
Activistas y organizaciones abogan por varias medidas para enfrentar esta problemática:
- Crear protocolos de emergencia para mascotas durante redadas.
- Permitir que familiares o vecinos se hagan cargo temporalmente de los animales.
- Establecer refugios temporales específicos para estos casos.
- Promover campañas de adopción y concientización.
Además, algunos refugios están implementando programas de acogida para cuidar a las mascotas mientras sus dueños enfrentan procesos legales o de deportación.
Las redadas migratorias no solo separan familias humanas, también rompen los lazos entre personas y animales. Las mascotas, fieles e inocentes, se convierten en víctimas colaterales de decisiones políticas. Darles voz y protección también es una forma de defender la humanidad en tiempos difíciles.