Cada vez más profesionales y emprendedores están cambiando el café por el gimnasio para cerrar acuerdos y generar alianzas. El sweatworking gana terreno en el mundo empresarial.
Una nueva forma de hacer contactos… ¡haciendo ejercicio!
El término sweatworking —fusión de las palabras sweat (sudar) y networking— está transformando la forma en que se construyen relaciones profesionales. En lugar de reunirse en restaurantes o cafeterías, empresarios y trabajadores optan por entrenamientos compartidos como clases de spinning, yoga, caminatas o sesiones de crossfit para establecer lazos laborales.
Este fenómeno, impulsado por el interés por la salud y el bienestar, es especialmente popular entre generaciones jóvenes como los millennials y la generación Z, quienes valoran la productividad sin sacrificar el equilibrio entre cuerpo y mente.
Ventajas competitivas y conexión más auténtica
A diferencia del networking tradicional, el sweatworking genera una dinámica más relajada e igualitaria. “Cuando haces ejercicio con alguien, se rompen jerarquías de inmediato, y eso genera conversaciones más sinceras y productivas”, comenta Mariana Lara, coach ejecutiva en bienestar corporativo.
Además de fortalecer lazos, este tipo de encuentros ayudan a mejorar la salud, reducir el estrés y aumentar la productividad. Incluso empresas como Google, Adidas y Nike han adoptado esta práctica para crear vínculos internos y fomentar alianzas externas.
Gimnasios, estudios y marcas se suben al tren
Al ver la tendencia, gimnasios boutique y estudios de entrenamiento funcional ya están ofreciendo paquetes corporativos, clases privadas y membresías grupales para ejecutivos. También han surgido aplicaciones y plataformas que conectan a profesionales interesados en el sweatworking, como SweatConnect o WorkItSocial.
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En México, ciudades como CDMX, Guadalajara y Monterrey ya cuentan con comunidades activas que organizan eventos de este tipo, donde el dress code no es traje y corbata, sino ropa deportiva.
El futuro del networking está en movimiento
Expertos coinciden en que el sweatworking no solo es una moda pasajera, sino una evolución natural del networking tradicional en un mundo donde el bienestar y la productividad van de la mano. “Las empresas que promueven entornos saludables y espacios para conectar desde lo humano, no solo retienen talento, también generan mejores negocios”, afirma Luis Barrera, consultor en capital humano. El desafío ahora es integrar esta práctica de forma estratégica en las agendas corporativas, combinando salud, relaciones y crecimiento profesional en una sola fórmula.
