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El vocho azul

José Miguel Martínez

José Mujica, expresidente de Uruguay, falleció dejando un legado de austeridad, justicia social y liderazgo humanista que marcó la historia latinoamericana.

Era 2010 y en su vocho azul del 86 José Mujica llegaba a la presidencia de Uruguay. Aquel escarabajo fue el icono político de su mandato, en el que destacó su austeridad. El presidente siempre veló por los intereses de su país y por las luchas sociales; pero, sobre todo, fue una persona de izquierdas… de aquella izquierda real que busca sacar a su pueblo de la miseria, no de la nueva que se la pasa militarizando y haciendo clientelismos políticos. ¿Quién fue José “Pepe” Mujica?

Mujica nació en 1935 en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Su infancia fue tranquila estudiando en su ciudad natal; eventualmente ingresó al bachillerato, pero nunca pudo completar sus estudios. En 1964, Mujica se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, donde desempeñó actividades de guerrillero en contra del régimen de Jorge Pacheco Areco. Tras la caída del dictador en 1972, Mujica fue encarcelado y puesto en libertad hasta 1985 por la ley de armisticio. 

En el 2000 fue electo senador por el partido Frente Amplio, en el cual nunca dejaría de militar. Para el 2005, Mujica fungía como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca en el Gobierno de Tabaré Vázquez, puesto en el que, más que fungir de ministro, se desempeñaba como operador político. Su franqueza disgustaba a Tabaré, por lo que en el año 2008 dejó el Ministerio para postularse a las elecciones presidenciales. 

El 25 de octubre de 2009, Mujica fue electo el 40º presidente de la República Oriental del Uruguay, con más del 54 por ciento de los votos en la segunda vuelta. El primero de marzo del 2010 juró ante la nación su nuevo cargo, mismo que se basó en cuatro ejes importantes: educación, seguridad, medio ambiente y energía. 

Sobre todo, su Gobierno se rigió por la austeridad, viajando en vocho y viviendo en el mismo departamento de toda su vida, ubicado en Montevideo. Además, renunció a su sueldo y a los lujos que le pudiera dar el puesto de Jefe de Estado.

Respecto a su mandato, Mujica supo qué políticas económicas mantener, por lo que podemos decir que su Gobierno fue exitoso en materia económica y social. Para poner esto en perspectiva, Uruguay recobró el “grado de inversor” que otorgan muchas de las calificadoras económicas internacionales. Otro de los indicadores importantes es que el PIB creció un 5.4 por ciento anual durante su mandato, según datos de Bloomberg.

Aunado a esto, durante los cinco años de la presidencia de Mujica la pobreza se redujo de 18.5 por ciento a 9.7 por ciento. Gracias a esto hubo un incremento en los bienes de comodidad. Otro de los logros en materia de salud fue el fortalecimiento del sistema, llegando al más del 90 por ciento de los uruguayos, de acuerdo con datos del Banco Mundial. Por si fuera poco, volvió a su país 100 por ciento autosustentable por medio de parques eólicos y energía de biomasa.

Por otro lado, también ejecutó políticas muy arriesgadas y controversiales, como la despenalización del cannabis y el aborto. Uno de los pocos fracasos de Mujica fue en materia educativa. Por más que aumentó el presupuesto de esta, en una entrevista en el programa “Salvados” en 2014 dijo: “Frente a ciertas reformas de la enseñanza me sentí solo en este país; fracasé”.

En 2015, Mujica pudo abandonar tranquilamente la presidencia, seguro de que dejó a Uruguay en mejores condiciones que aquellas en las que recibió el mando del país. Esto se sustenta con el nivel de aprobación con el que se retiró, alcanzando más del 50 por ciento, según datos del Gobierno de Uruguay. Posteriormente, se volvió asesor de otros líderes mundiales como Lula, presidente de Brasil, o de Gabriel Boric, presidente de Chile. Siempre abogó por el bien del pueblo y la educación de este.

Lamentablemente, el pasado martes 13 de mayo falleció Mujica, llevando consigo uno de los mayores ejemplos de izquierda. Fue una de las pocas personas en este mundo que nunca dejó de lado sus ideales por la ambición de poder. Indudablemente se le recordará como un presidente que veló por el bien de su país, pero sobre todo pasó a la historia por ser un humanista de verdad.

¿Qué pasó con el vocho azul del expresidente? Bueno, sabemos que muchos intentaron comprarlo, pero siempre fiel a sus ideales, José Mujica rechazó cada una de las ofertas, pues vender su auto hubiera sido como renunciar a su esencia. Indudablemente, el mundo necesita más Pepes Mujica.

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