El carnaval: una celebración con raíces milenarias
El carnaval es una de las festividades más vibrantes y esperadas en diversas partes del mundo, incluido México. Aunque hoy en día es una celebración popular llena de color, música y disfraces, sus orígenes se remontan a tiempos antiguos, con influencias de múltiples culturas a lo largo de la historia.
Un festejo con influencia del mundo antiguo
Si bien el carnaval está asociado con la víspera de la Cuaresma cristiana, su historia va mucho más atrás en el tiempo. Se ha encontrado relación con las antiguas festividades de Egipto, Grecia y Roma, en las cuales se realizaban celebraciones dedicadas a deidades y ciclos de la naturaleza. Los romanos, por ejemplo, celebraban la Saturnalia y la Lupercalia, festividades marcadas por la música, el vino y el desenfreno.
La influencia cristiana en el carnaval
Durante la Edad Media, la Iglesia católica incorporó esta festividad al calendario cristiano como un período de excesos previo a la Cuaresma, el tiempo de reflexión y penitencia antes de la Pascua. En ese contexto, se propuso que el término “carnaval” provenía del latín carnelevarium, que significa “quitar la carne”, en referencia a la abstinencia de carne roja durante la Cuaresma.
Sin embargo, otros estudios sugieren que su nombre proviene del latín carrus navalis, en alusión a una procesión con un barco de madera adornado con máscaras y flores, vinculada a los rituales en honor a la diosa egipcia Isis.
Un festejo de identidad y libertad
Hoy en día, el carnaval ha evolucionado hasta convertirse en una celebración completamente popular, desligada de su contexto religioso original. Durante estos días, la cotidianidad se interrumpe y las diferencias sociales se desdibujan, permitiendo una atmósfera de libertad y alegría en la que todos pueden participar. Más allá del baile y los disfraces, el carnaval representa la unión de comunidades y la celebración de la vida.
