Homenajeada, Paquita regresa al barrio que la vio crecer como artista
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El barrio espera a Paquita. La colonia Guerrero de la Ciudad de México, zona en que la cantante puso un restaurante y un salón que ahora será testigo de una misa a sus cenizas, está lista.
Y como parte del simbólico adiós, se ha traído de su casa un sillón en el que gustaba sentarse, fotografías y un crucifico.
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La Gusana Ciega y Pepe Aguilar han enviado arreglos florales y la alcaldía contrató un grupo, Saborcito Sinaloense, que estará tocando sobre la calle de Zarco.
Los restos de Paquita llegarán procedentes de una agencia funeraria cercana a Refoma, con una escala en el mercado Martínez de la Torre, para que después de la misa se abra el acceso al público.
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Pero el barrio se siente desde calles antes. Varios vecinos y puestos reproducen canciones de la intérprete de “Rata de dos patas” y “Cheque en blanco”. Y algunos, frente al salón y sosteniendo fotografías de su ídola, interpretan algunos versos.
Paquita, fallecida el lunes pasado de un infarto mientras dormía, tendrá una despedida como ella quería.