En las costas del Golfo de México, Veracruz nos regala uno de sus platillos más emblemáticos: el arroz a la tumbada. Este delicioso manjar combina los sabores del mar con ingredientes frescos y tradicionales que han pasado de generación en generación. Su origen se remonta a las cocinas de los pescadores, quienes improvisaban recetas rápidas y nutritivas con los ingredientes a su alcance después de largas jornadas en el mar.
El arroz a la tumbada se distingue por ser un caldo espeso y lleno de sabor, preparado con camarones, pulpo, almejas y pescado, todo acompañado de un arroz suave y bien sazonado. El toque especial lo dan las hierbas frescas como el epazote, así como el jitomate, el ajo y la cebolla, que se combinan para crear una base aromática que cautiva desde el primer momento.
Este platillo es un símbolo de la gastronomía veracruzana y una muestra de su riqueza cultural. Su nombre, curioso y lleno de historia, proviene del término “tumbada”, que hace referencia a la manera en que los pescadores lo cocinaban “al tumbo”, es decir, de forma rápida y sin complicaciones, directamente sobre fogones improvisados en la playa.
Si visitas Veracruz, no puedes dejar de probar el arroz a la tumbada en alguno de sus mercados o restaurantes tradicionales. Es más que un platillo; es un viaje al corazón de la cocina costeña, lleno de tradición, sabor y el espíritu acogedor de los veracruzanos. ¡Te aseguramos que un bocado te transportará al mar!