Gastronomía

Consumir almendras reduce el colesterol malo

La almendra, fruto del árbol prunus dulcus es un alimento apreciado por su sabor y sus propiedades nutricionales. Su origen tuvo lugar en el Medio Oriente.

Su denominación deriva del término latino “amyndla”, que hace referencia a la amígdala, forma que recuerda al fruto.

Este alimento es valorado tanto por su sabor como por sus múltiples propiedades nutricionales, que lo convierten en un ingrediente versátil en la cocina.

En la cocina, la almendra puede ser incorporada en batidos, ensaladas, salsas y productos horneados, lo que la convierte en un ingrediente ideal para diversas dietas, incluidas las vegetarianas y veganas. Se encuentra disponible en múltiples presentaciones, tales como almendras enteras, troceadas, en harina o como leche vegetal. Esta diversidad facilita su integración en distintas modalidades culinarias.

Adicionalmente, la almendra desempeña un rol relevante en la industria cosmética. Sus aceites y extractos se emplean en productos de cuidado personal, aprovechando sus características hidratantes y nutritivas.

Las almendras se clasifican en dos categorías principales: las de cáscara blanda y las de cáscara dura.

¿Cuáles son los beneficios de la almendra?

Este fruto seco es una fuente significativa de minerales esenciales, incluyendo calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio. Asimismo, aportan un amplio espectro de vitaminas del complejo B, así como vitamina E y A.

Uno de los beneficios más relevantes de la almendra es su impacto positivo en la salud cardiovascular. Contienen ácidos grasos monoinsaturados, que contribuyen a la reducción del colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”. Esto puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y a mejorar la circulación sanguínea.

El magnesio presente en las almendras también juega un papel fundamental en la regulación de la presión arterial.

De acuerdo con el Poder del Consumidor, la leche de almendras es beneficiosa en etapas de crecimiento y adolescencia, aportando potasio y calcio. Su consumo también ha sido vinculado a una disminución en el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de mama.

Además, la almendra es rica en antioxidantes, tales como la vitamina E y los polifenoles, que protegen al organismo del daño oxidativo.

Su capacidad para regular el azúcar en sangre la convierte en un alimento adecuado para personas con diabetes. Al ser baja en carbohidratos y alta en grasas saludables, proteína y fibra, es ideal para mantener un equilibrio en la dieta.

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