La leyenda del niño del Puente de San Juan de Dios en Orizaba, ¿la conoces?
En las noches oscuras de Orizaba, una antigua leyenda resuena sobre el puente de San Juan de Dios, donde el llanto de un bebé se transforma en un escalofriante encuentro con el Diablo

A principios del siglo XX, Orizaba era una ciudad que se desarrollaba en la penumbra de la noche, con calles empedradas y una falta de iluminación que acentuaba su carácter misterioso. A lo largo de sus calles y callejones, surgen historias de fenómenos paranormales que han marcado a la ciudad, incluyendo el enigmático Cerro de El Borrego y la leyenda de La Monja de Alférez.
Una de las leyendas más escalofriantes se centra en el puente de San Juan de Dios, situado sobre Poniente 9 y Sur 2, cerca de la iglesia que le da nombre. Aunque la fecha exacta del incidente se pierde en la bruma del tiempo, la historia se remonta a una noche lluviosa, particularmente oscura y fría, en la que un velador realizó su ronda.
El velador, un hombre encargado de vigilar las calles con su silbato y un candil, se adentró en la oscuridad movido por el llanto agudo de un bebé. El sonido provenía de un desnivel cerca del caudal del río, justo al pie del puente. Intrigado y conmovido, el velador encontró al bebé envuelto en franelas sucias, llorando desesperadamente en la noche fría y lluviosa.
Al levantar al pequeño para consolarlo, el velador se dio cuenta de que la criatura tenía una mirada fija y penetrante. Sin embargo, la sorpresa se convirtió en terror cuando el bebé, en lugar de seguir llorando, le mostró una dentadura completa, similar a la de un adulto. El velador, paralizado por el escalofrío, escuchó al bebé decir en un tono inquietante: “Soy el Diablo.”
Horrorizado, el velador arrojó al bebé al oscuro callejón y corrió hacia la calle principal, regresando a su hogar con una urgencia desesperada. Al llegar, la puerta se abrió misteriosamente antes de que pudiera tocarla, y su esposa se despertó alarmada al verlo pálido y visiblemente perturbado. Según la leyenda, pasaron 15 días antes de que el velador pudiera relatar su experiencia, y poco después, falleció.
Hoy en día, el puente de San Juan de Dios sigue siendo uno de los lugares más transitados en Orizaba, ubicado en el corazón de la ciudad. Sin embargo, la leyenda persiste. Se dice que en noches de octubre, a pesar de la iluminación moderna, aquellos que pasen por el puente a altas horas de la noche podrían escuchar el inquietante llanto del bebé y sentir la presencia de lo desconocido.
La leyenda del puente continúa atrayendo a curiosos y escépticos por igual, manteniendo vivo el misterio en las noches de Orizaba.