En el corazón de Tlacotalpan, municipio reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, el Bar Blancanieves emerge como un ícono de historia y tradición. Situado en el pintoresco pasaje de “los portales”, frente al Ayuntamiento y el Santuario de la Virgen de la Candelaria, este establecimiento no solo ofrece bebidas emblemáticas, sino que también es testigo de memorables encuentros y momentos históricos.
Fundado originalmente como “El Encanto de Tobi” en abril de 1948 por Tobías Carvajal Rivera, el bar obtuvo su nombre actual gracias a la intervención del legendario poeta y músico veracruzano, Agustín Lara, durante una visita en marzo de 1965. Lara, fascinado por la numerosa familia del propietario (siete hijos en total), decidió rebautizar el lugar como Bar Blancanieves, en referencia a los siete enanos del famoso cuento.
Tobías Carvajal Domínguez, actual dueño del establecimiento, narra con orgullo cómo Agustín Lara dejó su huella en este sitio histórico, donde se conservan no solo recuerdos de músicos y artistas que han pasado por sus puertas, sino también prendas originales del propio Lara, expuestas en cajas de cristal para admiración de los visitantes.
El Bar Blancanieves, con sus 76 años de historia, continúa siendo un punto de encuentro para locales y turistas que buscan disfrutar de los tradicionales “toritos” en sabores como cacahuate, pistache, almendra, jobo y limón, preparados con la receta original que ha perdurado a lo largo de las décadas. Además, ha servido de escenario para películas y telenovelas, destacando su importancia cultural y su rol como embajador de la tradición tlacotalpeña.
Enclavado en un entorno arquitectónico colonial impecable y rodeado de la rica cultura son jarocho, el Bar Blancanieves es mucho más que un lugar para disfrutar de una bebida; es un símbolo vivo de la identidad y el legado cultural de Tlacotalpan, un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la auténtica esencia veracruzana.
