AstraZeneca ha confirmado su decisión de retirar su vacuna contra el COVID-19 en todo el mundo, según reportó el periódico The Telegraph.
Esta determinación llega luego de que la compañía admitiera en documentos legales, divulgados por medios británicos, que su vacuna podría estar vinculada a un efecto secundario poco común.
La decisión de retirar la vacuna se tomó el 5 de marzo y entró en efecto este martes, como se menciona en el informe. Esto ocurre tras una demanda colectiva presentada en el Reino Unido, donde se alega que la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha causado lesiones graves en un número limitado de casos.
Se espera que este reconocimiento por parte de AstraZeneca allane el camino para un posible acuerdo de compensación que podría alcanzar hasta los 100 millones de libras esterlinas (unos 125 millones de dólares) para los demandantes, según lo reportado por The Telegraph.
La vacunación ha sido y sigue siendo una herramienta esencial en la lucha contra el COVID-19, y múltiples fabricantes, incluyendo AstraZeneca, han desempeñado un papel importante en la distribución de dosis a nivel mundial durante la emergencia sanitaria, contribuyendo significativamente a la prevención de hospitalizaciones y muertes.
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Inicialmente, AstraZeneca había negado estas afirmaciones, pero en febrero pasado, en un documento presentado ante el Tribunal Superior del Reino Unido, admitió que su vacuna podría, en casos muy raros, provocar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS), una condición que causa coágulos sanguíneos y una disminución en el recuento de plaquetas en la sangre.
El Tribunal Superior británico recibió la presentación de 51 casos de personas que afirman haber experimentado estos síntomas o de sus familiares.
