Sin rastro de estupefacientes en cuerpo de Matthew Perry

Las primeras investigaciones sobre la muerte de Matthew Perry indican que no había consumido fentanilo ni metanfetamina al momento de su fallecimiento.

Estas dos sustancias son responsables de la epidemia de opioides en Estados Unidos, y su ausencia en las pruebas toxicológicas iniciales sugiere que no estaban involucradas en su muerte.

Sin embargo, los investigadores a cargo de la autopsia afirman que se necesitarán de cuatro a seis meses para obtener una resolución final sobre la causa de su deceso.

Aunque el informe inicial sugirió que Perry había muerto ahogado, la causa oficial de su muerte no se determinará hasta que se completen todas las investigaciones de la autopsia.

A pesar de que las pruebas toxicológicas iniciales dieron resultados negativos para narcóticos, se realizaron para rastrear posibles drogas ilegales en su sistema.

También se investiga si Perry pudo haber ingerido una cantidad excesiva de medicamentos recetados que se encontraron en su hogar, destinados al tratamiento de la ansiedad, la depresión y problemas de salud como EPOC, enfisema y bronquitis.

Matthew Perry había luchado contra la adicción durante gran parte de su vida y había ingresado en rehabilitación en numerosas ocasiones.

Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que se encontraba en uno de los mejores momentos de su vida y estaba comprometido con llevar un estilo de vida más saludable, lo que incluía el uso de tabletas para combatir el consumo de tabaco.

Es importante destacar que la causa exacta de su muerte no se conocerá hasta que se completen todas las investigaciones y se obtengan los resultados de la autopsia final.