
La gastronomía veracruzana, conocida popularmente como cocina jarocha, es una fusión deliciosa de sabores indígenas, españoles y afrocaribeños que reflejan la riqueza cultural del puerto de Veracruz y sus alrededores. Uno de los platillos más emblemáticos es el pescado a la veracruzana, preparado con filete de pescado cocido en una salsa de jitomate, aceitunas, alcaparras, cebolla y hierbas aromáticas, una mezcla que representa perfectamente la influencia mediterránea que llegó con los colonizadores.
Pero más allá de los platillos de mar, la cocina jarocha brilla también en su comida típica del día a día. Las picadas son una verdadera joya del antojito veracruzano: tortillas gruesas de maíz, pellizcadas en las orillas y cubiertas con salsa roja o verde, cebolla picada, queso fresco y, en ocasiones, carne o huevo. Son una opción deliciosa y económica que no falta en los desayunos o cenas familiares.
Otro clásico irresistible son las gorditas, preparadas también con masa de maíz y rellenas de chicharrón prensado, frijoles refritos, queso o cualquier guiso casero. Se doran en comal y se acompañan con salsa y crema, creando una combinación reconfortante y sabrosa que se encuentra fácilmente en mercados y fondas tradicionales.
La cocina jarocha es una fiesta de colores, texturas y sabores que combina lo mejor del mar y la tierra. Ya sea con un platillo sofisticado o con un antojito callejero, cada bocado cuenta una historia de tradición, mestizaje y pasión por la buena comida.