Restaurantes de Veracruz enfrentan alza en precios de harina y azúcar
A pesar del aumento en los precios de insumos clave, empresarios del sector gastronómico optan por absorber los costos para evitar afectar a los consumidores
Los restaurantes de Veracruz y Boca del Río se encuentran en una encrucijada debido al aumento constante en los precios de la harina y el azúcar, insumos esenciales en la preparación de alimentos. Rubén Bravo, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en Veracruz, informó que el costo del saco de 25 kilos de harina ha subido a 434 pesos, un incremento significativo respecto al precio anterior de 385 pesos al mayoreo
El precio del azúcar también ha mostrado variaciones preocupantes, oscilando entre 480 y 500 pesos por saco de 25 kilos, lo que representa un aumento del 15% en comparación con meses anteriores. Bravo destacó que, a pesar de estos incrementos, los restauranteros han decidido absorber los costos adicionales para no trasladarlos a los consumidores en un momento de difícil situación económica.
“Estamos absorbiendo esos costos nosotros como restauranteros porque no podemos incrementar ahorita porque la situación económica es un poco difícil. Poner un precio más alto en el restaurante es nocivo para la gente y para nosotros”, explicó Bravo, subrayando la preocupación del sector por mantener precios accesibles en un contexto de inflación y aumento de los costos operativos.
A pesar de las presiones económicas, los empresarios del ramo gastronómico han descartado realizar ajustes en los precios de sus menús, al menos hasta finales de año. “Preferimos seguirlo manteniendo de aquí a noviembre o diciembre para terminar el año con estos precios y seguir aumentando un poco más”, añadió Bravo, reconociendo que el alza en los costos de insumos como la harina está afectando los márgenes de ganancia de los negocios.
El impacto de estos incrementos es especialmente fuerte en aquellos restaurantes que utilizan grandes cantidades de harina y azúcar en la elaboración de productos de panadería, pizzas, postres y otros alimentos. Si bien los restauranteros buscan mantener la competitividad y la calidad en el servicio, no se descarta que en el futuro puedan verse obligados a ajustar los precios al consumidor final o a reducir sus márgenes de utilidad si las condiciones económicas no mejoran. Por ahora, el sector sigue apostando por estrategias de compra y gestión de costos para sortear esta difícil etapa.